La poesía romántica española
En España el movimiento romántico llega muy tarde. No hay antes de 1830 obras propiamente románticas e incluso algún autor como Bécquer o Resalía de Castro publican en la segunda mitad del siglo XIX.
En la poesía romántica española hay dos tendencias fundamentales. Por un lado, una poesía de carácter histórico-legendario, de estilo grandilocuente representada por el duque de Rivas, Espronceda y Zorrilla, y por otro una poesía de carácter lírico y sentimental, más subjetiva e intimista y más sobria en recursos estilísticos, a esta corriente pertenecen Bécquer y Resalía de Castro.
En general esta poesía se caracteriza por la evasión de la realidad, refugiándose en un mundo de ensueño y fantasía: por la búsqueda de paisajes exóticos y lejanos, situando las obras en épocas lejanas, preferentemente en la Edad Media. Los sentimientos dominantes son la melancolía, la tristeza, la desesperación, la soledad y la desolación por el amor perdido.
Los poetas románticos españoles más importantes son:
Ángel de Saavedra, duque de Rivas. Su obra más conocida son los Romances históricos, adaptaciones de leyendas populares con la métrica del romance que es uno de los versos característicos del período.
José de Espronceda. Es el prototipo del romántico español tanto por su vida novelesca como por su obra. Su obra está formada por dos poemas narrativos extensos, El estudiante de Salamanca, sobre el tema de Don Juan, en él, el protagonista, don Félix Monte mar abandona a Elvira y ésta muere. Una noche se le aparece y don Félix, en una visión macabra contempla su propio entierro; El Diablo Mundo es una obra incompleta, es un poema filosófico en donde se describe al hombre como un ser de inocencia natural que sufre la realidad social y sus maldades. En él se incluye el Canto a Teresa, una elegía amorosa dedicada a su amante Teresa Mancha. Son muy interesantes las Canciones, una serie de poemas cortos, algunos de los cuales inspirados en personajes sociales marginados, que constituyen una de las primeras manifestaciones de la lírica social en España. Algunas de estas canciones son El verdugo, El mendigo, El reo de muerte y la muy conocida Canción del pirata, un marginado que vive en su barco, sin patria y en busca de aventuras lo que hace de él un perfecto héroe romántico.
Gustavo Adolfo Bécquer. Representa frente a Espronceda el tono íntimo, la lírica profunda Escribió unos noventa poemas cortos a los que llamó Rimas, que podemos dividir en cuatro apartados temáticos: la esencia de la poesía, el amor en plenitud, el fracaso amoroso y el desengaño y por último los poemas dedicados a la soledad y a la muerte. Son poemas de apariencia muy sencilla, pero de gran perfección formal. Bécquer crea un nuevo tipo de estrofas, con preferencia por la rima asonante. De esta manera el contenido del poema se expresa sin retórica, pero con gran intensidad.
Rosalía de Castro. Su obra poética se compone de dos libros en gallego, Cantares galegos y Follas novas y uno en castellano: En las orillas del Sar, que es su obra principal. La publicación de su primer libro en gallego la sitúa como una precursora, del Rexurdimento cultural de Galicia en el siglo XIX. Pero es en Follas Novas, con su visión del mundo como adversidad, y la existencia humana como dolor, donde lleva la lírica gallega a uno de sus momentos más elevados. Resalía como Bécquer rechaza las estrofas clásicas y crea otras nuevas, basadas preferentemente en la asonancia. Su estilo es muy personal, sencillo y directo. Sus poemas expresan la fusión de sus sentimientos personales con la descripción del paisaje gallego. Los poemas de En las orillas del Sar suponen un punto de partida de la lírica moderna, con poemas desesperanzados e imágenes religiosas inquietantes y poco tradicionales.
José Zorrilla. Además de ser el creador de la obra teatral Don Juan Tenorio, escribió una serie de poemas largos inspirados en leyendas medievales entre los que destaca A buen juez mejor testigo, basado en una conocida leyenda toledana. Fue un escritor muy prolífico y muy rápido, por lo que a menudo sus obras resultan de una verbosidad excesiva y la métrica demasiado sonora y altisonante.